Puertas flexibles rápidas especialmente diseñadas para aislar una zona a temperatura positiva controlada de un espacio a temperatura ambiente.
Cortina de doble pared plegable para un aislamiento proporcionado
Para una buena protección de la zona refrigerada, con la puerta cerrada, es necesario contener la entrada de aire caliente por la periferia de la cortina, mantener esta estanquidad periférica a pesar de la presión de los grupos frigoríficos o corrientes de aire procedentes de los muelles de carga e incorporar en el grosor de la cortina un colchón de aire que pueda reducir las pérdidas de pared por conducción.
Nuestras puertas frigoríficas de cortina de doble pared y colchón de aire ofrecen una muy buena resistencia a las corrientes de aire gracias a la multiplicación de sus rigidizadores repartidos de arriba abajo. Tensan la cortina uniformemente hasta el fondo de las correderas para una buena estanquidad periférica repartiendo la presión a toda la estructura de forma homogénea. La apertura y el cierre de la puerta flexible se realizan pues sin fricciones inútiles incluso a una presión importante, sin bloqueo, sin deformaciones de la cortina y sin peso inútil y peligroso en la parte baja. El borde de cierre es flexible y deformable tanto en el sentido vertical como horizontal. Directamente reactiva sin barra palpadora rígida, ni sistema de limitación de la cortina en las correderas, se deforma sin choque y se retira por encima del obstáculo en caso de contacto.
La estructura y los mecanismos de esta puerta flexible frigorífica Nergeco Entrematic son de materiales por naturaleza antipuente térmico. Desarrolladas específicamente en función de los ambientes agresivos del sector agroalimentario, sus mecanismos ofrecen ventajas decisivas. La formulación y el diseño específicos de cada función mecánica y cinemática han permitido un incremento importante de la resistencia al desgarro, a la torsión y al hundimiento respecto a las soluciones mecano-soldadas. Además, sus formas son lisas y antidesgaste, sin la pintura ni las anfractuosidades de la mecano-soldadura. Por último, en condiciones de desgaste, estos materiales son más resistentes a la corrosión que el acero inoxidable 316L, lo que los hace perfectamente conformes a las necesidades del sector agroalimentario.